22 de noviembre de 2007

SOLTEROS PARA EL SEÑOR EN LA IGLESIA

Objetivo: Comprender la importancia de los solteros en las actitudes pastorales, para que a través de ellos se contribuya a construir el pueblo de Dios.

Ver.
Qué dirías de una persona soltera, que no se casó porque se le pasó el tiempo sin saber cómo, que no le da sentido a su vida, que la va pasando así como Dios le da entender, ni para bien ni para mal como dice san Juan: «ni frío ni caliente». Que si es hombre, no busca superarse en ningún aspecto tanto en el campo humano, como en el espiritual; además anda en vicios, lo poquito que consigue en algún trabajo, todo lo despilfarra en el trago y siempre anda mal aseado.
Una persona como que no se antoja ser, de este tipo de personas hay muchas en el mundo
¿Conoces alguna persona así?
¿Qué consejo le darías a una persona como ésta?

Pensar.
La Iglesia siempre ha valorado a los laicos célibes que han consagrado su vida al servicio de Cristo y de la pastoral. Así tenemos a catequistas, que toda su vida se dedican a impartir la doctrina cristiana a los niños, realmente se puede hablar de verdaderas vocaciones; hombres que se han consagrado al servicio del altar, en su labor de sacristanes por más de 50 años, muchos ahí murieron, así podemos mencionar tantas personas que han renunciado al matrimonio, para dedicarse más de cerca a servir al Señor en los sacerdotes, en sacristías, curatos, seminarios, como agentes de pastoral, etc.
El catecismo católico menciona y alaba a éstas personas que con valentía se entregan al servicio del Señor: «Es preciso recordar a un gran número de personas que permanecen solteras a causa de las condiciones concretas que quieren vivir. Estas personas por su servicio se encuentran particularmente cercanas al corazón de Jesús, viven el espíritu de las bienaventuranzas, sirviendo a Dios y al prójimo de manera ejemplar» (CEC. 1658).

Actuar.
1. ¿Qué hacer después de esta reflexión?
Lo mejor que puedo hacer es criticarlos menos y no juzgarlos como chinches de iglesia o ratas de sacristía y pensar:
2.¿Qué es lo que yo estoy haciendo en favor de mi parroquia?

Celebrar.
Entonar un canto vocacional y terminar con el rezo del Padre nuestro.

No hay comentarios: