22 de noviembre de 2007

LA FAMILIA, LLAMADA A VIVIR LA ENTREGA GENEROSA

Objetivo: Reflexionar sobre la vivencia del amor cristiano en familia para comprometernos a vivir una actitud de generosidad vocacional.

Ver.
¿Te has dado cuenta de que hay hogares donde no se apoya a los hijos que se deciden por alguna vocación consagrada?
(Coméntalo con tu grupo)

Pensar.
¿Crees que sea coherente con el Evangelio, un hogar que no esté dispuesto apoyar a sus hijos si estos deciden abrazar la vida religiosa o el sacerdocio?
«La tarea de los padres cristianos es muy importante y delicada, porque están llamados a preparar, cultivar y defender las vocaciones que Dios suscita en sus familias».
«Pero ¿Qué sucede cuando la familia se deja arrastrar por el hedonismo, el consumismo y el secularismo que turban e impiden la realización del plan de Dios?»
«La Pastoral vocacional encuentra su ámbito primero y natural en la familia. Los padres, en efecto deben saber acoger como gracia el don que Dios le hace al llamar a uno de sus hijos al sacerdocio o a la vida consagrada. Tal gracia se pide en la oración, y se acoge positivamente cuando se educa a los hijos para que comprendan la riqueza y el gozo de consagrarse a Dios.» «Los padres que aceptan con sentimientos de gratitud y gozo la llamada de uno de sus hijos o de sus hijas a la especial consagración por el reino de los cielos, reciben, con esa llamada, una prueba particular de fecundidad espiritual de su unión, viéndola enriquecida con la experiencia del amor vivido en el celibato y en la virginidad.» «Los padres descubren con asombro que gracias a la vocación de sus hijos, el don de su amor se ha multiplicado más allá de las limitadas dimensiones humanas». (LG 41) (JMOPV 1994 N. 3). «Pero, queridos jóvenes, no basta rezar para que el Señor suscite vocaciones. Es preciso estar personalmente atentos a la llamada que El quiere dirigirles; es preciso que no falte el valor de responder generosamente a esta llamada». Juan Pablo Segundo a los Jóvenes de Portugal.

Actuar.
* Comprometernos a crear en nuestros hogares un clima de generosidad y disposición al servicio.
* Apoyar a hijos y hermanos con inquietud por la vida religiosa o el sacerdocio.
* Oración incesante por las vocaciones.

No hay comentarios: