22 de noviembre de 2007

CRISTIANOS POR EL BAUTISMO

Objetivo: Descubrir el «qué» y el «para qué» del bautismo y entender nuestra vocación cristiana, para comprometernos a ejemplo de Jesús y anunciar su Evangelio.

Ver.
En el año 66 el emperador Nerón, persiguió a los cristianos del imperio romano. Un día había muchos cristianos en una cueva orando. Cuando de pronto, alguien tocó a la puerta, eran 8 soldados que entraron amenazándolos. Dijo el comandante: ¿Usted es cristiano? No, contestó temblando de miedo Julio. Váyanse antes de que..., Y, ¿Usted es cristiano? Preguntó a Luis. No, señor, sólo vine a saludarlos. ¡Lárguese inmediatamente! Después dijo a los que sobraban: ¿Ustedes son cristianos? Sí, contestaron y no nos avergonzamos de Cristo. Nosotros también, dijo el comandante, pero nos disfrazamos de soldados para probar la fe y para ver si eran auténticos cristianos. Luego se pusieron a platicar y a rezar. ¿Qué opinan sobre la anécdota? ¿Ser cristianos, es sólo para cuando convenga? ¿Quiénes fueron verdaderos cristianos?

Pensar.
La vocación cristiana es ante todo, una vocación de amor. Como dice santa Teresita del niño Jesús: «Leyendo la Sagrada Escritura, entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase ese amor, ni los apóstoles anunciarían el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, el amor abarca todos los tiempos y lugares. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor». El bautismo nos da la vocación perfecta a la que puede aspirar todo ser humano.
Por el bautismo nacemos a una vida nueva, de gracia, de servicio, pues, nos hace hijos de Dios, hermanos de Cristo y templos del Espíritu Santo. Nos incorpora a la Iglesia de Cristo y nos otorga la triple función: sacerdotal o poder ofrecer nuestra vida a Dios. La función Profética; anunciar la Palabra de Cristo con esperanza. Real, porque nos hace reyes del servicio, la ayuda y la caridad gracias a la acción del Espíritu Santo, que infunde sus dones en nosotros.
El cristiano debe ser un soldado de Cristo, un hombre cambiado por Jesús (Col 2, 12 y Gal 3, 27) lo que nos obliga a actuar como él, a renovar nuestro compromiso y a ejercerlo diariamente. La vocación cristiana se nos da por el bautismo y nos exige que en medio de nuestro desarrollo humano, reproduzcamos los rasgos de Cristo hombre maduro, alegre, servicial, generoso, compasivo, etc.

Actuar.
1. ¿Por qué el bautismo será una vocación de amor?
2. ¿Qué voy a hacer para encarnar en mi las cualidades de Jesús?
3. De hoy en adelante ¿Cómo viviré mi vocación cristiana?

Celebrar.
- Si es posible, poner un póster enfrente que contenga a un niño pequeño, o una cartulina donde a un bebé lo estén bautizando. Mientras todos cantan: «Bautízame, Señor con tu Espíritu...»

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